El síndrome de la hoja en blanco es una parálisis psicológica que muchas personas sentimos o hemos sentido al encontrarnos de frente con el comienzo de un nuevo trabajo creativo.

Pese a su nombre, no sòlo se trata de un fènomeno que le ocurre a los escritores, sino tambièn a los mùsicos, pintores, diseñadores, fotògrafos, cineastas… Sea cual sea la forma de creación y las herramientas utilizadas, la incertidumbre ante un nuevo comienzo se presenta con regularidad.

Sí de identificar causas se tratara, podrìamos pensar en diferentes y variadas opciones, entre ellas: la presiòn, sabemos que nuestra mente no es una màquina y nuestra creatividad no entiende de tiempos, obligaciones, y mucho menos de imposiciones externas; la ansiedad, podemos reconocer que muchas veces persiguiendo una meta u objetivo, deseamos tanto estar en ese lugar del futuro que terminamos olvidando lo valioso fel proceso, y eso nos puede llevar a que comenzarlo resulte muy dificultoso; el miedo, una emociòn frecuente que nos alerta sobre la posibilidad de fracasar en algo que todavìa no comenzamos, pero que de solo pensarlo puede llegar a paralizarnos.

Y si decidièramos ir todavìa más allá, podrìamos comprender que el sìndrome de la hoja en blanco no es más que un reflejo de nuestra propia predisposiciòn, del poder que le otorgamos al exterior y de nuestra confianza en el proceso de creaciòn, todo, siendo atravesado e influenciado por la presiòn, la ansiedad y el miedo. 

Pero dicho está que el conocimiento es poder, y si lográramos identificar los patrones que se repiten al encontrarnos con “la hoja en blanco”, podríamos entonces, tomar las riendas de la situación y accionar a nuestro favor.

¿De qué forma hacer a un lado el síndrome?

Es verdad que no existe una fórmula mágica que sirva para todas personas y todas las circunstancias, pero podemos encontrar diversas herramientas y disparadores para atravesar ese momento de la mejor manera posible…

  • Respiración: conducir nuestra atención durante unos minutos hacia nuestra respiración, sin tratar de cambiarla simplemente observándola, nos traerá calma y nos devolverá al instante presente.
  • Escritura libre: escribir sobre cómo nos sentimos, dónde estamos o qué podemos observar a nuestro alrededor es una gran herramienta para desbloquearnos y sincerarnos con nosotros mismos.
  • Brainstorming: hacer una lluvia de ideas sin tener un objetivo en particular nos ayudará a vaciar nuestra mente.
  • Inspiraciòn: dedicarnos un momento para inspirarnos con un libro, una película o una canciòn puede conducirnos hacia nuevas ideas.
  • Respetar nuestros ritmos y tiempos: a veces no es nuestro momento para comenzar el nuevo trabajo o proyecto, y eso tambièn està bien. Podemos tomarnos unas horas de dispersión o unos dìas, y con la energìa renovada volver a intentarlo.

Y recordar que no somos robots, que es en el proceso creativo donde, justamente, podremos conectar con nuestro interior para conocernos en profundidad y desde allì crear.

 

Únete a nuestra lista y recibirás todas las actualizaciones del blog en tu casilla de correo.