¿Por qué cuando pensamos en el trabajo, inconscientemente, pensamos también en esfuerzo y sacrificio? ¿Por qué estaremos acostumbrados a separar el trabajo de nuestro bienestar?

Quizás nos limitamos a conocer un único modelo de organización empresarial, pero veamos, hay otras formas de transitar la vida laboral.

Frederic Laloux es un ex directivo de la consultora McKinsey & Company que, impulsado por su propia incomodidad, renunció a su puesto de trabajo y se dedicó por 2 años a investigar diversas empresas con el objetivo de encontrar un modelo organizacional adaptado a la actualidad.

De esta manera, Laloux clasificò a las organizaciones empresariales actuales en cinco colores según su modelo en función del contexto y los retos que debieron superar:

El color rojo lo asoció a la forma de organización de las comunidades más primitivas, en las cuales el poder del líder es demostrado a partir de la fuerza. El color ámbar lo asoció a la forma de organización de las comunidades sedentarias, en las cuales se llega a la cúspide por antigüedad. El color naranja lo asoció a la forma de organización de la Revolución Industrial, en las cuales se llega a la cúspide por meritocracia. El color verde lo asoció a la forma de organización en las cuales la toma de decisiones se hace por consenso y el foco está dirigido hacia la motivación de los empleados.

El color esmeralda, también conocido como teal, -que es en el cual nos vamos a detener-, lo asoció a las organizaciones consideradas como sistemas vivientes y el foco está dirigido a descubrir la forma de trabajar de manera autogestionada.

Si bien la idea de empresas Teal aparece a mediados del siglo XX, es recién en el siglo XXI cuando la misma crece y adquiere mayor reconocimiento. Esta filosofía, clasificación y forma de organización se basa en 3 pilares fundamentales: Autogestión, plenitud y evolución.

Dicho paradigma plantea que todas las personas sean parte de la toma de decisiones, que cada una de ellas se sienta realizada al contar con un entorno libre de expresión y agradable, y de esta manera logre alinearse con los valores y metas de la organización, para así, sacar el máximo potencial de los trabajadores, conduciéndolos a conocer su talento y provocando en efecto, el crecimiento común del equipo y empresa.

Volviendo al principio y en pos de responder las preguntas arrojadas, pensamos que trabajar requiere de un gran esfuerzo y sacrificio porque crecimos creyendo que las únicas formas de organización existentes eran la roja, ámbar y naranja… Y no solo lo creímos, sino que en más de una oportunidad lo vivimos en primera persona.

En el pasado quedó la costumbre de separar la vida laboral de la vida real… Hay empresas, grupos de personas y puestos de trabajo que persiguen el objetivo de encontrar tu potencial, enfocarse en tu bienestar y aportar a tu evolución personal, e Ikigai es una de ellas.

Conectar con tu propósito en tu puesto de trabajo y a partir de tus tareas diarias es real, solo se trata del nivel de consciencia con el cual hagas tus elecciones y tomes tus decisiones

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